Salió Galván ante el que cerraba plaza con las ansias de recuperar la oportunidad que había perdido a causa del marrajo de Gavira. Los contratos escasean y no era cosa de desaprovechar la ocasión. Brindó al público y estuvo muy valiente delante de un Miura con peligro. Otro toro orientado, con cara de viejo y al borde de los seis años. Quien le sacó el papelito al gaditano en el sorteo no tuvo su día. Por todo ese cúmulo de circunstancias, la presidencia le concedió las dos orejas, permitiendo que acompañara a Curro Díaz en la salida a hombros. Una docena de niños saltó al ruedo para acompañar a los toreros en el triunfo.
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