jueves, 25 de agosto de 2016

Madrid. David Galván gusta y pierde el premio por su fallo a espadas


Muchos profesionales elogian las cualidades del gaditano David Galván, que acaba de triunfar en la Feria de Algeciras. Tiene pureza, con mucho riesgo: ha sufrido varios percances. Eso indica que se arrima pero también frena su carrera. La afición madrileña ha estado con él, toda la tarde, por su decisión y su buen gusto. El segundo, apenas lo llama, acude de muy largo y repite. David se luce en chicuelinas suaves; se coloca muy bien, dando el medio pecho. Al final, logra naturales de categoría. Por prolongar, recibe un aviso toreando. Pierde con la espada la oreja que tenía cortada. El cuarto mansea, corta en banderillas, barbea a tablas. Galván, que ha sufrido una voltereta con el capote, expone mucho y pasa un quinario para matar. Deja muy buena impresión .













Javier Jiménez es el hermano mayor de Borja, que tan valiente estuvo en Pamplona. Los dos son rubios, de Espartinas, discípulos de los Espartaco padre e hijo. Esta tarde, con dos buenos toros, da un paso muy importante. El tercero mansea un poco pero va a más. Javier se muestra firma, solvente, con excelente técnica, mandón. Tragando mucho, consigue buenos naturales y dos remates por bajo, muy del gusto de esta Plaza. Una gran estocada, volcándose, pone en sus manos la oreja. El sexto no se entrega, de salida, pero, ante la firmeza del diestro, saca su gran fondo. Brinda a su hermano Borja. Torea lento, a placer, tirando del toro cuando se para, ligando. Los largos naturales levantan un clamor. Tenía las dos orejas pero la defectuosa estocada lo deja en una y sale a hombros. 
















Confirma alternativa el manchego Emilio Huertas, de Santa Cruz de Mudela (donde está la preciosa Plaza de Las Virtudes, una de las más antiguas), en su cuarto año como matador. Hace poco lidió seis toros en La Solana (tierra de azafrán y zarzuela). Tiene la suerte –o la desgracia, según se mire– de que le toque, para confirmarla, un toro de bandera, «Subastador», que se come la muleta, con casta emocionante. No es un diestro de formas exquisitas pero sí demuestra su oficio y que no le puede la responsabilidad. Recibe un aviso por prolongar la faena, como tantos, hoy en día. Lo bueno: ha confirmado con decoro. Lo malo: no ha logrado el triunfo, con un gran toro. En el quinto, colorado, muy guapo, saluda con los palos José Otero. Huertas enlaza pases cambiados con molinetes y de pecho, en una faena voluntariosa, con entrega. Mata con decisión, sus partidarios piden la oreja y da la vuelta al ruedo.
















Fuente:  De Toros en Libertad


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